PÁTZCUARO, Michoacán.- Numerosos purépechas laboran en condiciones desventajosas en Estados Unidos en el marco del programa H2-A para trabajadores agrícolas temporales que se estableció en la región purépecha a principios del año 2000, advierte el investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Casimiro Leco Tomás.
“Se trata de un sector de la población que emigra de manera temporal, de uno a seis meses, para pizcar diferentes productos, como frutas y verduras, y para trabajar en la plantación de pino, siguiendo los ciclos de los campos agrícolas en los Estados Unidos”, refiere el académico en una investigación intitulada: “Agricultores Purépechas en Estados Unidos”.
En dicha investigación se estima que actualmente hay más de 150 mil purépechas viviendo en ese país, entre documentados e indocumentados, sin contar a los contratados debido a que se movilizan constantemente para cubrir diferentes rutas de forma temporal.
“El programa de contrataciones H2-A llegó a la región purépecha en el año 2000, período en el que adquiere mayor importancia, trascendencia y se posiciona como una de las actividades más codiciadas entre los comuneros; en él anualmente participan miles de purépechas, aunque no se sabe exactamente cuántas personas están siendo contratadas anualmente debido a que no hay un registro oficial que lo avale ni que revele a qué comunidades pertenecen, los lugares de EU a los que van (por su constante movilización) y las actividades que desempeñan”, subraya el estudio.
No obstante, añade, “de acuerdo a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Secretaría del Migrante y el Departamento de Agricultura, se estima que tan solo en el año 2013 se contrataron más de 20 mil purépechas originarios de comunidades como Carapan, Ichán, Tacuro, Huancito, Zopoco, Acachuen, Tanaquillo, Santo Tomás, Uren, Sevina, Comachuen, Arantepakua, Turicuaro, Quinceo, Cherán, San Felipe de los Herreros, Cocu ucho, Auhiran, Charapan, San Lorenzo y Angahuan”.
Se precisa que los trabajadores agrícolas temporales que se contratan van de uno a seis meses para emplearse en la pizca del tabaco, repollo, coliflor, tomate, limón, ejote, cebolla, camote, manzana, naranja, pepino, durazno, plantación de pino, mercerías y yarda, en los Estados de Oklahoma, Alabama, Kentucky, Nebraska, Florida, Illinois, Missouri, Georgia, Carolina del Norte, Virginia, Pennsylvania, Nueva York, New Jersey y Washington.
“Las causas de la migración están directamente relacionadas con la falta de empleos en la región, constantes disputas entre las comunidades por defender sus tierras, explotación excesiva del bosque, diferencias políticas y por la inseguridad, por lo que la migración contratada se ha convertido no solo en una alternativa para las familias sino en estilo de vida”, destaca el investigador.
“Desde la perspectiva del trabajador no se les dota del equipo adecuado para trabajar, cuando se enferman no se les atiende adecuadamente, se excede el tiempo de la jornada de trabajo, ganan salarios por debajo de la media nacional, en ocasiones al momento en que llegan al campo de trabajo estadounidense su contratista les recoge su pasaporte con el objeto de evitar que abandonen “los campo de concentración”, en muchas de las ocasiones no se les cubren los gastos que estipula el contrato por lo que son los propios trabajadores quienes terminan costeando su transporte, alimentación y hospedaje, en otras ocasiones no se les ha pagado completamente, a veces han sido devueltos a su tierra antes de que finalice el contrato sin recibir dinero alguno, se les prohíbe tener comunicación con sus propios familiares en EU y se les advierte que no deben hacer denuncias, porque corren el riesgo de perder su trabajo lo que los hace ser vulnerables del imperialismo yanqui y del Sistema Político Mexicano”, concluye la investigación de Leco Tomás.